Nuestro organismo posee dos sistemas diferentes que se encargan de la coordinación entre los estímulos y las respuestas que damos a cada uno de ellos: el sistema nervioso y el sistema endocrino. En general, se puede decir que el sistema nervioso se encarga de las respuestas más o menos rápidas y momentáneas, mientras que el sistema endocrino se ocupa de respuestas que no tienen por qué ser rápidas, pero que deben mantenerse en el tiempo.
Sistema nervioso
El sistema nervioso se extiende por todo el organismo, llegando a todos los órganos del cuerpo. Está formado por un único tipo de tejido, el tejido nervioso, que presenta dos tipos de células:
El aspecto externo de las neuronas puede ser muy variable, según el número de prolongaciones que posean y el modo en que estén organizadas esas prolongaciones. En general, existe una relación entre el aspecto que presenta una neurona y la función que realiza dentro del sistema nervioso.
Las neuronas se asocian entre sí para formar los tejidos nerviosos de dos formas diferentes: los nervios son cadenas de neuronas dispuestas en paralelo. En ellos, cada neurona conecta exclusivamente con la anterior y con la siguiente, de modo que pueden actuar como un cable conductor de impulsos nerviosos. Los nervios se encuentran entre los órganos sensoriales y los órganos centrales del sistema nervioso, o entre esos órganos y los que van a producir la respuesta nerviosa. Su función es la transmisión del impulso, lo que hacen en una única dirección: desde la dendrita hacia el axón de cada neurona. Esto hace que distingamos entre nervios aferentes o sensoriales, que llevan la información desde los órganos de los sentidos hacia el sistema nervioso central, y nervios motores o eferentes, que la llevan en dirección contraria. Existen también nervios mixtos, aunque en este caso lo que ocurre es que varias fibras nerviosas que llevan información en sentidos diferentes van empaquetados conjuntamente, pero siempre cada fibra transmite la información en un único sentido.
En el encéfalo, que incluye los órganos más importantes del sistema nervioso, las neuronas se unen formando redes, en las que cada célula individual está unida a muchas otras. Esto permite que se formen diferentes circuitos entre neuronas, circuitos en los que cada neurona ejerce un papel de "decisión", como los elementos electrónicos que forman parte de un chip. La organización en red de las neuronas permiten que los circuitos que forman respondan a los mensajes entrantes que reciben, e incluso que las redes aprendan de la experiencia previa.
La transmisión del impulso nervioso
La información viaja a lo largo de nuestro sistema nervioso en forma de cargas eléctricas que se desplazan de un punto a otro. En el fondo, no se trata de nada extraño: la tecnología utiliza este mismo sistema para transferir información entre puntos lejanos. En el caso del sistema nervioso lo que ocurre es que las neuronas actúan transmitiendo una señal eléctrica a lo largo de su membrana, gracias al movimiento de iones que entran y salen de la célula al medio que las rodea. Cuando el impulso alcanza el final de una neurona, la información "salta" a la siguiente mediante la liberación de sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, que salen de la primera célula y son atrapadas por la siguiente.
Las neuronas de nuestro sistema nervioso pueden transmitir el impulso a dos velocidades diferentes, según su estructura: las más sencillas son las neuronas de los nervios amielínicos, que transmiten la información de un modo relativamente lento. Estas neuronas presentan el aspecto que ya se ha descrito anteriormente. Pero, además, existen nervios cuyas neuronas tienen los axones recubiertos por una vaina aislante, llamada mielina. En este caso la transmisión del impulso nervioso es mucho más rápida. La mielina proporciona un aspecto diferente a los nervios que la presentan, de modo que se puede distinguir entre los nervios sin mielina, que constituyen la sustancia blanca, y los que tienen mielina, que forman la sustancia gris.
Sistema nervioso
![]() |
Tejido nervioso (neuronas en verde, glía en rojo) |
- Las neuronas son las principales responsables del funcionamiento del tejido.
- Las células gliales, que colaboran en el mantenimiento y en el funcionamiento de las neuronas y realizan funciones defensivas.
- El axón, generalmente largo y delgado. Hay un único axón por célula.
- Las dendritas suelen ser cortas y numerosas, ligeramente más gruesas que el axón.
El aspecto externo de las neuronas puede ser muy variable, según el número de prolongaciones que posean y el modo en que estén organizadas esas prolongaciones. En general, existe una relación entre el aspecto que presenta una neurona y la función que realiza dentro del sistema nervioso.
Las neuronas se asocian entre sí para formar los tejidos nerviosos de dos formas diferentes: los nervios son cadenas de neuronas dispuestas en paralelo. En ellos, cada neurona conecta exclusivamente con la anterior y con la siguiente, de modo que pueden actuar como un cable conductor de impulsos nerviosos. Los nervios se encuentran entre los órganos sensoriales y los órganos centrales del sistema nervioso, o entre esos órganos y los que van a producir la respuesta nerviosa. Su función es la transmisión del impulso, lo que hacen en una única dirección: desde la dendrita hacia el axón de cada neurona. Esto hace que distingamos entre nervios aferentes o sensoriales, que llevan la información desde los órganos de los sentidos hacia el sistema nervioso central, y nervios motores o eferentes, que la llevan en dirección contraria. Existen también nervios mixtos, aunque en este caso lo que ocurre es que varias fibras nerviosas que llevan información en sentidos diferentes van empaquetados conjuntamente, pero siempre cada fibra transmite la información en un único sentido.
En el encéfalo, que incluye los órganos más importantes del sistema nervioso, las neuronas se unen formando redes, en las que cada célula individual está unida a muchas otras. Esto permite que se formen diferentes circuitos entre neuronas, circuitos en los que cada neurona ejerce un papel de "decisión", como los elementos electrónicos que forman parte de un chip. La organización en red de las neuronas permiten que los circuitos que forman respondan a los mensajes entrantes que reciben, e incluso que las redes aprendan de la experiencia previa.
La transmisión del impulso nervioso
La información viaja a lo largo de nuestro sistema nervioso en forma de cargas eléctricas que se desplazan de un punto a otro. En el fondo, no se trata de nada extraño: la tecnología utiliza este mismo sistema para transferir información entre puntos lejanos. En el caso del sistema nervioso lo que ocurre es que las neuronas actúan transmitiendo una señal eléctrica a lo largo de su membrana, gracias al movimiento de iones que entran y salen de la célula al medio que las rodea. Cuando el impulso alcanza el final de una neurona, la información "salta" a la siguiente mediante la liberación de sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, que salen de la primera célula y son atrapadas por la siguiente.
Las neuronas de nuestro sistema nervioso pueden transmitir el impulso a dos velocidades diferentes, según su estructura: las más sencillas son las neuronas de los nervios amielínicos, que transmiten la información de un modo relativamente lento. Estas neuronas presentan el aspecto que ya se ha descrito anteriormente. Pero, además, existen nervios cuyas neuronas tienen los axones recubiertos por una vaina aislante, llamada mielina. En este caso la transmisión del impulso nervioso es mucho más rápida. La mielina proporciona un aspecto diferente a los nervios que la presentan, de modo que se puede distinguir entre los nervios sin mielina, que constituyen la sustancia blanca, y los que tienen mielina, que forman la sustancia gris.